lunes, 10 de mayo de 2010

¿POR QUÉ TODOS SOMOS GRIEGOS?

(Asimov, "Los griegos")

En el borde suroriental de Europa, adentrándose en el Mar Mediterráneo, hay una pequeña península a la que llamamos "Grecia". Es montañosa y árida, con una línea costera dentada y pequeñas corrientes.

A lo largo de toda su historia, Grecia siempre ha estado rodeada de estados más grandes, más ricos y más poderosos. Basta con mirar el mapa para observar que, en comparación con sus vecinos, siempre parece una tierra pequeña y sin importancia.

Sin embargo, no hay tierra más famosa que Grecia; ningún pueblo ha dejado en la Historia una huella más profunda que los griegos.

Los griegos que vivieron hace veinticinco siglos (los "antiguos griegos") escribieron fascinantes relatos sobre sus dioses y héroes, y aún más fascinantes relatos sobre sí mismos. Construyeron hermosos templos, esculpieron maravillosas estatuas y escribieron magníficas obras de teatro, dieron algunos de los más grandes pensadores que ha tenido el mundo.

Nuestras ideas modernas sobre política, medicina, arte, drama, historia y ciencia se remontan a esos antiguos griegos. Aún leemos sus escritos, estudiamos sus matemáticas, meditamos sobre su filosofía y contemplamos asombrados hasta las ruinas y fragmentos de sus bellos edificios y estatuas.

Toda la civilización occidental desciende directamente de la obra de los antiguos griegos, y la historia de sus triunfos y desastres nunca pierde su fascinación.

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