1) "Audentis fortuna iuvat" ('La suerte ayuda a los valientes'): Es el verso 284 del libro X de la Eneida de Virgilio, donde "audentis" es un acusativo plural arcaico en -"is" y no en -"es". Ha pasado erróneamente a la historia como: Audaces fortuna iuvat ('La suerte ayuda a los temerarios'):
Las terminaciones arcaicas son restos de la antigua declinación de los temas en vocal “i”:
- acusativo singular masculino y femenino: -“im”
- ablativo singular masculino y femenino: -“i”
- acusativo plural masculino y femenino: -“is”
Algunos autores del Imperio usaban estas formas arcaicas por deseo de imitación y nostalgia de lo antiguo. El acusativo plural animado en indoeuropeo estaba formado por la adición de la desinencia -“ns”, de donde, para los temas en -“i”, *-i-ns, que produce -“is”. Esta terminación -“is” se ha conservado aproximadamente hasta fines de época republicana; pero ha sufrido la concurrencia de -“es” procedente de la analogía con el tipo consonántico tipo “duces”. Al término de un largo proceso de generalización, esta forma -“es” triunfó definitivamente en época de Augusto.
2) "Conócete a ti mismo" (en griego clásico es ΓΝΩΘΙ ΣΑΥΤΟΝ [gnóthi sautón]): Está grabada en la entrada del Templo de Apolo en Delfos del siglo IV a.C. y se atribuye a uno de los Sabios de Grecia, probablemente, Quirón de Esparta. Mediante esta frase
Es una frase erróneamente atribuida a Sócrates.
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