La domus era una vivienda unifamiliar. La familia es una de las instituciones más imrportantes en la sociedad romana. La familia tipo la componen:
- El pater familias, máxima autoridad familiar.
- La esposa que dirige la casa y atiende a los hijos.
- Los hijos.
- Los esclavos.
- Los libertos (esclavos manumitidos).
- Los clientes, hombres libres con pocos recursos, que a cambio de la ayuda y subsidio de su patrón, le deben fidelidad.
La jornada de la domus se iniciaba al amanecer: tras el aseo personal y un ligero desayuno (pan, miel, queso, fruta y agua), los miembros de la familia rezan ante el altar de los dioses domésticos (lalario), después cada uno se dirige a sus ocupaciones.
El amo recibe en el atrio a sus clientes, que cada mañana acuden a su casa para saludarle y pedirle consejo; tras ocuparse de diferentes asuntos en su despacho, sale de casa para resolver otros en el foro y para realizar algunas visitas.
La señora de la casa se encarga de ordenar y supervisar las labores domésticas cotidianas a cargo de la servidumbre. Los hijos menores de 6 años se quedan al cuidado de la madre y los mayores acuden a la escuela.
A media mañana es la hora de un pequeño descanso con una comida rápida y sobria.
Al finalizar la jornada laboral se acude a las termas antes de volver a casa para la cena, la comida más importante del día, que suele iniciarse antes de la media tarde. La señora de la casa ha ordenado decorar el triclinio con flores y comprueba en la cocina que el variado menú, en el que no faltarán alimentos refinados, está ya a punto. Finalizada la cena y tras varias horas de tertulia acompañada por selectivos vinos, cuando llega la noche los invitados vuelven a sus casas y los anfitriones se retiran a dormir. Los esclavos se encargan de limpiar y de dejar la sala ordenada para la siguiente jornada.