Orfeo, hijo de la musa Calíope, era un gran poeta y un músico extraordinario. Cuando tocaba la lira, las fieras le escuchaban y los árboles se inclinaban hacia él para darle sombra. Sin embargo, Orfeo estaba solo y muy triste, pues su esposa Eurídice había muerto tras recibir la picadura de una víbora y se encontraba en los Infiernos, el reino de Hades.
Orfeo decidió ir a buscar a su esposa a los Infiernos: convenció a Caronte de que le permitiera cruzar la laguna Estigia en su barca, amansó al Can Cerbero (el feroz perro de 3 cabezas que vigilaba la entrada de los Infiernos) y se presentó ante Hades y sus esposa Perséfone. Éstos, maravillados por su música, le permitieron llevar a Eurídice de vuelta al mundo de los vivos, pero con una condición: no podría mirarla hasta que no hubiesen salido.
Orfeo prometió que no la miraría, pero antes de salir volvió la vista hacia atrás para ver a su esposa, pero sólo vio cómo se desvanecía. De vuelta a la tierra, los cantos de Orfeo se hicieron tristes y desesperados y no quiso participar en las Bacanales de las Ménades tracias, que, enfurecidas, lo mataron.
El alma de Orfeo se reunió con la de Eurídice tocando la lira y deleitando con sus cantos a todos los bienaventurados que vivían en los Campos Elíseos (lugar de los Infiernos reservado a los mortales que habían realizado grandes hazañas y habían venerado a los dioses).
lunes, 13 de febrero de 2012
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Excelente entrada. Hace mucho un amigo me comentó el origen mitológico de las estaciones, pero nunca lo he podido recordar.
ResponderEliminarP.D: Me alegro que hayas vuelto escribir.
¡Muchas gracias! Mira 2 entradas más abajo: "El origen de las estaciones".
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