lunes, 13 de febrero de 2012

ARACNE

Aracne vivía en una pequeña aldea de Lidia. Aracne era una joven tejedora que había alcanzado gran fama por la belleza de sus tejidos y por la habilidad de sus manos. Alcanzaba tanta perfección en tejer que todos pensaban que sólo lo podía haber aprendido de Atenea. Aracne protestaba diciendo que nadie le había enseñado y que su arte era fruto sólo de su esfuerzo.

Entonces, Atenea se presentó ante Aracne como una anciana y le aconsejó que debía ser más humilde y no despreciar a los dioses, pues ningún mortal alcanza la perfección sin su ayuda. Aracne despreció a la anciana y retó a la diosa gritando que nada debía a Atenea y que ella misma era mejor tejedora y que sus tapices eran los más hermosos.

Atenea se llenó de ira y recobrando su figura de diosa exigió a la joven que retirara sus palabras y le pidiera perdón, pero Aracne mantuvo su reto. Entonces, la diosa y la mortal empezaron a tejer; la diosa Atenea tejió un hermosísimo tapiz con la escena de su enfrentamiento con Posidón y adornó las esquinas con 4 ejemplos de los castigos recibidos por los mortales que se enfrentaron a los dioses.

El tapiz de Aracne no era menos hermoso, pero las escenas ridiculizaban a Zeus (padre de Atenea). Entonces, Atenea rasgó el tapiz y le golpeó en la frente con la lanzadera; así, Aracne se volvió loca y se colgó de una viga. Cuando estaba a punto de morir, la diosa, reconociendo la perfección de Aracne, la permitió vivir, pero transformada en una araña. De esta manera Aracne sigue practicando su arte.

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